viernes, 5 de septiembre de 2008

La muerte no era la pérdida de la vida, sino la culminación de uan serie de liberaciones. Era disolverse y ser cada vez menos. Había que liberarse de la vanidad, el deseo, la ambición, el sufrimiento y la frustración, todo el equipaje del ego, del yo. Quien lo hacñia desaparecía sin dejar rastro, como la niebla del lago al amanecer, que se evapora en la nada, en el nirvada.

¿Evaporarse?

Yo queria expandirme, ocupar el vacio, recuperar todo lo que había desperdiciado. "Quería llenar el silencio ocn todas las palabras que aún no había dicho"


Amy Tan "Un lugar llamado nada"

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